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10 / 10 / 2024
La diabetes es una epidemia silenciosa que, actualmente, padece el 12,3% de las personas en Chile, según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016/17. El Ministerio de Salud (Minsal) la reconoce como una de las enfermedades no transmitibles con más prevalencia en el país y con tendencia a aumentar. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud también ha encendido las alarmas en torno a las altas tasas de diabetes a nivel global y ha puesto sus ojos en Chile, como uno de los países con más alta frecuencia a nivel mundial.
Todo lo anterior, bien lo sabe la académica de la Escuela de Kinesiología de la Facultad de Salud y Odontología, Astrid von Oetinger, quien lleva años investigando sobre la diabetes y sobre cómo la actividad física favorece el tratamiento de esta y otras enfermedades como el Covid, por ejemplo.
La kinesióloga y Magíster en Ciencias Biológicas mención Fisiología de la Universidad de Chile acaba de publicar en la Revista Médica de Chile – en conjunto con la académica Luz María Trujillo y en coutoría con el jefe de la sección de Endocrinología y Diabetes en el Hospital Clínico San Borja, Néstor Soto-, la investigación “Análisis de la investigación clínica-científica sobre diabetes mellitus en Chile-13 años”, en la que se caracteriza la producción científica nacional sobre diabetes mellitus en la última década. Sobre estos análisis y otros estudios, la académica se refiere en esta entrevista.
Corresponde a una de las patologías no transmisibles con mayor prevalencia en nuestro país y, en particular, la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) que se correlaciona, directamente, con la obesidad. Esta condición también es muy prevalente en nuestro país. Promete un escenario complejo.
Desde la ENS 2003 a la 2026/27 aumentó más del doble de la prevalencia, lo que sin duda es una situación preocupante.
Personas con índice de masa corporal elevado, que, en nuestro país, según la ENS 201/17, es de un 74,2%. Estas personas tienen mayor probabilidad de padecer resistencia a la insulina y, por ende, la diabetes mellitus tipo 2.
Sin duda, obedece al mal estilo de vida, entendiendo la alta prevalencia de conducta sedentaria, bajos niveles de personas activas físicamente, alimentación con comida, principalmente, procesada, baja ingesta de verduras y frutas (15% última ENS), alto consumo alcohol y tabaco.
Destacaría la necesidad de promover la investigación en instituciones académicas y/o clínicas, enfatizando en reducir la incidencia de DM2 debido al bajo número de artículos con este tipo de diseño y las complicaciones focalizarse más prevalentes de nuestro país.
El valor fundamental en la prevención de DM radica en la reducción de la morbilidad y mortalidad a largo plazo, lo que se traduce en un menor costo para la salud pública en los países. Existen estudios longitudinales como el DPP Outcome Study (DPPOS: 2002-2013), que se diseñó para examinar los efectos de las intervenciones farmacológicas y los cambios en estilo de vida por 15 años, sobre el desarrollo posterior de la diabetes y las complicaciones microvasculares. Respecto a los principales resultados, destaca que, luego de 15 años de seguimiento, la intervención en el estilo de vida y la metformina redujeron las tasas de incidencia de DM en un 27% (p<0,0001) y un 18% (p=0,001). Los resultados son claros.
La solución real no es posible, dada la carga genética que juega un rol independiente. Sin embargo, seguro podemos retrasar el diagnóstico, mejorar el control metabólico, presentar menos complicaciones y, sin duda, que se presenten a edades más avanzadas en las personas.
En ese punto se ha avanzado bastante. El año pasado, con la profesora Luz María nos adjudicamos la primera capacitación para enfermedades no transmisibles del Minsal y capacitamos a 150 médicos y kinesiólogos del país. Falta mucho, pero se está avanzando y cada vez hay más médicos que sí prescriben la actividad física como una herramienta terapéutica fundamental.
Confío en las estrategias del Ministerio de Salud, dado que esta es una patología GES, por lo que se le otorga todo lo necesario a los usuarios. El punto, quizás, más débil está en que, realmente, los usuarios se controlen como el Minsal les propone. Pero hay estrategias educativas que, actualmente, se llevan a cabo para mejorar esto y, como mencioné, la capacitación del personal de salud es fundamental y el Minsal está trabajando en ello. De hecho, la semana pasada estuve invitada en la Jornada de capacitación del Programa Elige Vivir Sano para toda la macrozona norte, instancia que apunta a fomentar la actividad física como herramienta terapéutica fundamental.