AGENDA
12 / 12 / 2024
La académica Heidy Kaune es Doctora en Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Oxford, Inglaterra, y profesora asociada del Programa de Ética y Políticas Públicas en Reproducción Humana de la Facultad de Medicina. Además, es miembro regular del Centro de Investigación Biomédica y jefa del Laboratorio de Reproducción Humana.
Sus investigaciones se relacionan, principalmente, con las bases moleculares y genómicas de la infertilidad y los mecanismos que configuran la interacción materno-fetal. Además, ha desarrollado una línea de estudio sobre el fenómeno de la disminución sostenida de la natalidad en Chile y la postergación de la fertilidad.
En uno de sus más recientes estudios, el Fondo Asociativo UDP, realizado en conjunto con el Dr. Fernando Zegers y las académicas Florencia Herrera, Martina Yopo y Fanny Petermann, la investigadora buscó determinar las “Características y actitudes de mujeres frente a su futuro reproductivo y a la preservación de la fecundidad”, tema que aborda en esta entrevista, junto con otras preguntas.
En un país como Chile, donde la tasa de fecundidad más baja del continente es 1,17 hijo/a por mujer, ¿qué relevancia adquiere el estudio de la fertilidad de la población?
La disminución de la tasa global de fecundidad, que se refiere al número promedio de hijos que tendría una mujer durante su vida reproductiva, es un indicador clave para proyectar cambios en la estructura poblacional. Para que la pirámide poblacional se mantenga estable, se estima que la tasa global de fecundidad debería ser 2,1. La disminución sostenida y alarmante de la natalidad que ha tenido Chile, nos indica que, de mantenerse esta situación, la estructura poblacional cambiará radicalmente y tendremos en el futuro muy pocos niños y personas jóvenes que sostengan económicamente al país y, por otro lado, un aumento significativo de personas mayores económicamente inactivas y dependientes del sistema. La preocupación principal es: ¿estamos preparados para enfrentar esta situación a través de políticas públicas sostenibles? Lamentablemente, no contamos con una planificación adecuada para enfrentar las consecuencias de la disminución de la natalidad en Chile.
¿Cuáles fueron sus principales inquietudes o intereses para plantear este estudio?
La baja de la natalidad en Chile se acompaña de otros fenómenos relevantes. Datos del Instituto Nacional de Estadística del 2018 muestran que en la última década la cantidad de mujeres en edad fértil sin hijos ha aumentado un 35% y la edad en la que las mujeres están siendo madres se ha retrasado significativamente. A finales de los años setenta, la mayor parte de los nacimientos ocurrían en mujeres de 20 a 24 años, actualmente sobre un 45% de los nacimientos ocurren en mujeres de 30 años o más. Este retraso en la maternidad está asociado a infertilidad, ya que las mujeres nacemos con todos los óvulos que ovularemos durante nuestra vida reproductiva. Por esta razón, la reserva ovárica y la calidad de los óvulos decrecen con la edad. La disminución de la fertilidad en la mujer se presenta inicialmente después de los 30 años, con una caída más pronunciada desde los 35 años. En el estudio que realizamos, nos propusimos entender cómo las mujeres jóvenes perciben su futuro reproductivo, su intención de tener hijos y, en el caso de desear postergar su maternidad, su disposición a utilizar la criopreservación de óvulos para preservar su fertilidad. Este procedimiento permite a las mujeres jóvenes congelar sus óvulos cuando estas células tienen una alta capacidad fértil, para ser usados a una edad más avanzada cuando naturalmente sus probabilidades de embarazo han disminuido, brindando a las mujeres mayor control sobre sus proyectos reproductivos.
En su estudio sobre las características y actitudes de las mujeres frente a su futuro reproductivo, ¿qué hallazgos destacaría respecto de esta investigación?
En este estudio encuestamos a 1.020 mujeres estudiantes de todas las facultades de la Universidad Diego Portales. Uno de los hallazgos más notables fue que el 52% de las mujeres inicialmente expresaron no desear tener hijos, aunque el 38% indicó que podría reconsiderar esta decisión en el futuro. Esto nos deja con un 14% de mujeres que descartan completamente ser madres en sus proyectos de vida. Sorprendentemente, solo el 30% de las participantes considera que tener pareja es condición para ser madres y apenas un 11% reconoce el matrimonio como requisito. Esto se condice con una particularidad de Chile, donde el 75% de los niños y niñas nacen de madres solteras. Cuando exploramos cuáles son las condiciones fundamentales para ser madres, las mujeres indicaron mayormente que aspiran a completar sus estudios (85%), alcanzar estabilidad laboral (91%) y autonomía económica (91%), antes de ser madres. Respecto a la preservación de la fertilidad, un 47% expresó interés en la criopreservación de óvulos para postergar su maternidad, sin embargo, reconocen que existen barreras económicas que les dificultan acceder a esta tecnología.
En otro ámbito, usted ha estudiado la relación entre las células somáticas ováricas y el rejuvenecimiento de los ovocitos. En ese sentido, ¿cómo las células somáticas podrían influir en el rejuvenecimiento de los ovocitos?
Esta línea de investigación busca explorar alternativas que permitan extender la vida fértil de los óvulos. En este sentido, estamos explorando cómo las señales intra ováricas están modulando el envejecimiento de los ovocitos. Las células que acompañan a los óvulos dentro del ovario, llamadas células somáticas, se comunican directa e indirectamente con los óvulos a través de diversas señales que desencadenan la maduración de los óvulos y su posterior ovulación. Se ha postulado que esta comunicación podría ser modulada y adaptada para que el ovocito pueda reprogramar su edad cronológica y, de esta manera, prolongar su vida fértil. Dilucidar estos procesos podría ofrecer soluciones seguras y efectivas para las mujeres que consideren postergar la maternidad.
¿Qué perspectivas tiene sobre los avances de la investigación en el rejuvenecimiento de ovocitos?
Esta es una línea de investigación que se encuentra en una fase de investigación muy preliminar. La literatura muestra que la exposición de ovocitos envejecidos a un ambiente celular más joven podría mejorar la comunicación y la función celular de los óvulos. Nuestros resultados son aún muy iniciales y la propuesta tecnológica para lograr esto es muy desafiante, por lo que aún estamos lejos de definir si esto se traduce o no en el rejuvenecimiento funcional de estas células. A pesar de esto, creo que es crítico desarrollar modelos que nos permitan entender el envejecimiento ovárico y explorar posibles maneras de extender el potencial reproductivo de las mujeres, para que puedan compatibilizar su desarrollo personal con sus planes de maternidad.
En la actualidad, ¿cómo observa los aportes de la ciencia en cuanto a los tratamientos de fertilidad y salud reproductiva?
La ciencia y la tecnología han avanzado muchísimo en esta área. Hoy es posible proporcionar alternativas terapéuticas a muchas personas infértiles que desean tener hijos, desde la criopreservación eficiente de gametos y embriones hasta las técnicas de evaluación genética de los embriones antes de su transferencia al útero. Los métodos para extraer y madurar los gametos en el laboratorio se han refinado mucho en los últimos años, así como las condiciones de cultivo in vitro, lo que permite obtener tasas de fecundación y embarazo cada vez más eficientes. Todas estas tecnologías están en permanente optimización gracias a los avances científicos que traducen rápidamente los conocimientos en nuevas tecnologías.
¿Qué áreas del conocimiento cree que aún necesitan más exploración para lograr avances significativos en medicina reproductiva?
Son muchas las áreas en las que debemos avanzar, pero creo que un área de exploración importante se relaciona en cómo hacemos que la tecnología llegue a las personas que lo requieran, independiente de su situación económica. En Chile, los tratamientos de reproducción asistida son costosos y, en gran medida, son financiados directamente por los pacientes, debido a la limitada cobertura de los seguros de salud. Esta situación es aún más apremiante debido a la decisión de las mujeres de postergar su maternidad a edades más avanzadas cuando la fertilidad se ha comprometido. Desarrollar tecnologías más sostenibles podría reducir los costos y aumentar el acceso, permitiendo que más personas puedan concretar sus proyectos familiares.
¿Cuáles son los próximos pasos en sus investigaciones actuales?
Nuestro propósito es seguir generando conocimiento basado en evidencia científica rigurosa, ponerlo a disposición de tomadores de decisiones y fomentar políticas públicas que permitan a las personas tomar decisiones informadas sobre su futuro reproductivo. Por ejemplo, nuestro estudio sobre las características y actitudes de las mujeres frente a su futuro reproductivo reveló que la mayoría de las mujeres encuestadas desconoce la disminución de la fertilidad a partir de los 30 años, lo que tiene un impacto profundo en si las mujeres deciden postergar su maternidad hasta después de los 35 o 40 años, cuando sus probabilidades de lograr un embarazo han descendido drásticamente. Esto subraya la necesidad urgente de implementar planes de educación en salud sexual y reproductiva que incorporen estas temáticas. También aspiramos a que la información científica sirva como base para el desarrollo de políticas de Estado que aseguren equidad en el acceso a tecnologías reproductivas, sin importar las condiciones económicas, promoviendo así la autonomía reproductiva de las personas.