La arquitectura, como disciplina, ha insistido demasiado tiempo en que los espacios se explican a través de planos, programas y formas. Pero lo que sostiene la ciudad no son sus espacios públicos per se, sino las coreografías afectivas que los cuerpos producimos en ellos. Y entre todas esas coreografías, el cruising es quizá la más incómoda, la más ambigua y la más epistemológicamente fértil: una práctica que opera entre el anonimato y la exposición, entre la vigilancia y el deseo, entre la vulnerabilidad y la agencia corporal.

Entendemos el cruising como una metodología de investigación para rastrear practicas espaciales difíciles de reconocer a primera vista. Desde la antigüedad griega hasta las infames molly houses de la Inglaterra del siglo XVIII, desde los vibrantes años setenta hasta los algoritmos de Grindr, desde Oscar Wilde hasta George Michael, el cruising sigue siendo a la vez una reivindicación del espacio público y la creación de un lugar propio: uno en el que lxs individuxs de todas las razas y clases interactúan, incluso bajo la sombra de gobiernos represivos.

A su vez, somos conscientes de los problemas asociados a los términos cruising y queer. Cruising ha sido históricamente apropiado por una escena gay masculina, desplazando a otras identidades lesbianas, bisexuales, trans, intersex, entre otras. Queer ha sido producida y consolidada desde el hemisferio norte. El cruising, así, se inserta en esta reflexión como un lente crítico para demostrar cómo incluso una práctica históricamente asociada a la resistencia puede reproducir mecanismos de exclusión hacia cuerpos feminizados, trans o racializados: quién puede ejercer qué, quienes se sienten con derecho a ocupar ciertos espacios, quiénes se sienten segurxs o amenazados, quiénes podemos desear.

Así, reflexionar sobre la ciudad desde el deseo se vuelve un espacio altamente fértil para hablar de identidad, seguridad, pertenencia, informalidad, sexualidad, y redes de cuidado, y visibilizar aquellas dinámicas persistentes de desigualdad en la ciudad.

Expone:

• Carolina Sepúlveda, Arquitecta y candidata a Doctora en la Graduate School of Design, Harvard University

Organiza: Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño UDP