Encontrado en UDP.CL

Encontrado en Noticias

Encontrado en Agenda

Encontrado en Carreras

Encontrado en Centros

Encontrado en Cuerpo Académico

Nada ha sido encontrado

Andrés Briceño Gutiérrez, director de Factoría UDP: “Queremos propiciar una transformación en el modelo de aprendizaje”

Factoría

19 / 08 / 2022

El académico de la Facultad de Arquitectura comenta los proyectos que Factoría contempla para este segundo semestre. Según dice, los retos son múltiples e implican un trabajo a largo plazo al interior del plantel: “Lo que estamos tratando de hacer es poder ayudar, con ciertos instrumentos, para que las personas se conozcan y puedan generarse cruces disciplinares para que surjan proyectos de mayor complejidad”.

Hoy Factoría vive una nueva etapa. Bajo la dirección del arquitecto Andrés Briceño Gutiérrez, el centro de convergencia interdisciplinario que articula, promueve y genera una cultura de investigación aplicada y de desarrollo interdisciplinario al interior de la Universidad, proyecta una serie de acciones con el objetivo de propiciar un cambio sustantivo en la comunidad. Se trata de una planificación atrevida que apuesta por la creación de redes, el intercambio de conocimiento y la generación de soluciones innovadoras frente al contexto de crisis climática.

Según dice Andrés Briceño Gutiérrez, Factoría busca una transformación a largo plazo y capaz de llevar a la Universidad a un estándar de vanguardia en términos de creación de conocimiento y rol público.

“Hay una cosa interesante que ocurre espacialmente: tenemos un campus distribuido en plena ciudad, por lo que el espacio público se transforma en el tejido en donde debiésemos encontrarnos. Pero la verdad es que eso no pasa. Hay pocos lugares en donde nos podemos encontrar y, por ende, no se propicia, naturalmente, ese encuentro”, comenta.

“Entonces, lo que estamos tratando de hacer es poder ayudar, con ciertos instrumentos, para que las personas se conozcan y puedan generase cruces disciplinares para que surjan proyectos de mayor complejidad y colaboraciones entre docentes, centros de investigadores y autoridades de distintas facultades, con el propósito de que, de algún otro modo, se genere una organización más compleja”, agrega.

¿En qué contexto surge Factoría y a qué necesidades responde?

Factoría parte hace un año y medio con un Fondo InES, que es un tipo de financiamiento de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Surge, propiciado por el profesor Arturo Torres, con el propósito de crear una organización que pueda incorporar, al interior de la Universidad, una suerte de plataforma capaz de desarrollar una agenda en torno a la innovación, al I+D, la investigación aplicada y los proyectos de base científico-tecnológica. Yo asumo en marzo. Para mí fue súper complejo tomar el desafío, porque había una historia de alguien que es cercano a mí. Pero también era interesante, porque la Universidad está en un tránsito que también tiene muchos desafíos. Eso nos hace estar un poco en la primera línea.

En ese sentido, ¿cuáles son los objetivos en el corto y largo plazo de Factoría?

Factoría es un centro de convergencia interdisciplinario que quiere propiciar, gestionar y articular proyectos de base científico- tecnológica para generar una transformación paulatina en los modelos de aprendizaje de la Universidad, pero también busca que ese capital cultural, se transfiera a la sociedad, ya sea en clave de patente, en clave de proyectos o en clave empresa. Ese es el mandato que tenemos. Dentro de los objetivos específicos está el generar un instrumental que permita articular una red, a nivel de toda la Universidad, para propiciar las relaciones entre las personas, porque una de las cosas que más hemos detectado, en todas las conversaciones que hemos tenido como equipo y en otras facultades, es que la gente tiene ganas, pero no se conoce. Para eso estamos haciendo una serie de instrumentos que son súper interesantes, por ejemplo, una intranet bien sofisticada, en donde va a estar el perfil de una persona, con su historial, su línea de investigación y su contacto. Es una especie de Linkedin interno, que nos va a permitir identificarnos, conocernos y calificarnos por área temática de investigación. Además, está la red de laboratorio distribuido, es decir, a través de esta plataforma vamos a develar toda la infraestructura y el equipamiento que tiene la Universidad en términos de equipamiento tecnológico. Esta plataforma nos va a permitir ver todos los equipos que hay, saber para qué sirven y cuáles son sus especificaciones técnicas con tutoriales y van a poder tomar hora en este sistema. Entonces, estamos tratando de armar un sistema integrado que involucre a los administradores de laboratorio, de tal manera que un estudiante, un profesor o una investigadora, incluso un alumni, puedan acceder a este equipamiento.

Este año la Universidad celebra 40 años, ¿cómo esta propuesta transforma el rol de la UDP?

Creo que la Universidad ha llegado a un nivel de prestigio con una escala súper acotada, lo que es interesante. Es una Universidad que tiene estructura, que tiene un rol de bien público interesante. Y me da la sensación de que, en los próximos 40 años, debieran verse complementados con la posibilidad de desarrollar una organización más compleja, más conectada con la vanguardia, no entendida solamente desde una disciplina o unas disciplinas, sino que con las vanguardias tecnológicas, con las grandes preguntas que hay y con una Universidad que se atreva a descontracturar esta cosa disciplinar con un propósito de que podamos acercarnos a preguntas complejas y ser un motor de cambio para las nuevas generaciones. O sea, hay que aprender a relacionarse con las nuevas generaciones con otros procedimientos, otras estrategias que les permita, básicamente, descubrir el mundo, proponiendo. Entonces, ahí hay una invitación y una aspiración que creemos que de Factoría podamos contribuir o al menos iniciar.

En ese sentido, ¿cuánto cambia el rol de la academia?  

Ahí lo interesante que tenemos como empuje o la agenda que estamos llevando es que queremos propiciar una transformación en el nuevo modelo de aprendizaje, porque tienes que conectarte con los desafíos de nuestra era y, los desafíos de nuestra era, están súper sancionados por la crisis socioambiental, lo que no le pertenece a ninguna disciplina. La fenomenología de esta crisis está arraigada en variables que no tienen una posición disciplinar y ahí es donde está la crisis de la sociedad, porque la organización social tiende a encapsular los contenidos y, de algún modo, crea feudos. El problema es que todos los conflictos son ecosistémicos y el no saber cómo relacionarse con lo dinámico, con lo emergente, con lo complejo, nos hace desarrollar respuestas que son más bien lineales y están sancionadas por una unidimensionalidad en su respuesta. Es decir, los desafíos requieren de la voluntad de la experiencia de la academia en su conjunto. En el fondo, se trata de crear un nuevo mundo, porque el mundo que tenemos, con las reglas como operan, generan crisis y nos tienen sumergidos en muchos conflictos. Entonces, todos los productos de base científico- tecnológica debieran vincularse con lo complejo que es esta crisis socioambiental que está a nivel global. Nosotros, desde nuestra humilde posición, inevitablemente quedamos en primera línea en todos los planes estratégicos, porque no hay mucha experiencia interdisciplinaria e incluso transdisciplinario en la Universidad y en la cultura chilena o latinoamericana. Las universidades han tendido a ser núcleos de conocimiento que tienden a transferirse muchas veces con paper o con un relato reflexivo, muy valioso, pero que le cuesta mucho transferir su relevancia hacia afuera. Eso implica que la Universidad sepa relacionarse con quienes sí quieren hacer eso y, sobre todo, las nuevas generaciones que están muy volcadas a proponer.

Claro, las nuevas generaciones están más conectadas con la idea de interdisciplinariedad….

Si, pero el problema es que el modelo de aprendizaje no les permite necesariamente crear posibilidades: todo el tiempo les están diciendo lo que tienen que saber. Pero también hemos notado una buena disposición de la Universidad, de las personas. Hay una comprensión de que es importante generar transformaciones y atreverse a crear ese nuevo mundo, no solamente a nivel especulativo como podría ser un artista (…). A mi juicio, podemos hacer cosas y, en nuestra historia, hemos tenido resultados. Entonces, lo que estamos tratando de hacer, con todos los programas que tenemos es tratar de propiciar que, al menos a nivel de estudiantes, puedan tener una postura propositiva para enfrentar la crisis y no salir, por ejemplo, con una idea, de que me voy a emplear y voy a ganar experiencia. Eso es súper válido y no lo estamos cuestionando, sino que también se debiesen sumar esos corazones y esas mentes más activas, más atrevidas y nosotros poder propiciarles esa posibilidad.

Recientemente se dieron a conocer los resultados del concurso Seed…

Para nosotros este es un programa súper estratégico, porque queremos articular y generar contenido, pero como no nos dan las manos para ponernos a investigar, lo que hacemos es atraer ese talento para poder generar contenido, pero a través del tiempo. Uno de los conflictos que vimos es que la mayoría de los financiamientos, no solamente internos, sino que de afuera, buscan propiciar proyectos con un inicio y un fin. Entonces, muchas veces, siendo exitoso el proyecto, se diluye en el tiempo. Aquí, lo que queremos es propiciar una suerte de institucionalidad en torno a grupos interdisciplinarios que manifiesten una pregunta interdisciplinaria relevante para la sociedad en su conjunto y que armen una agenda de trabajo para que empiecen a desarrollar casos que se relacionen con esa agenda y que les permita tener, constantemente, productos asociados a esa agenda. Ahora, este ecosistema que estamos armando de grupos, ¿qué es lo que quiere generar? Una serie de contenidos que nos permita atraer constantemente y seducir a los estudiantes para que vengan a hacer sus proyectos de título. Estamos contentos con los grupos Seed, pero creemos que falta que Factoría se posicione más en toda la Universidad, porque hay facultades que todavía nos ven un poco distantes o no saben de qué se trata. Esperamos que, con el trabajo que podamos hacer en el segundo semestre, podamos hacer una invitación más ampliada para que participen con mayor intensidad, que se junten con nuestras escuelas y disciplinas y salgan cosas que, de pronto, no son tan obvias.

En la actualidad, están con el ciclo de charlas de Factoría. ¿Cuál es el objetivo de esta instancia?

El ciclo no tiene ninguna disciplina en particular, pero quiere proveer dos o tres lineamientos: casos y experiencias valiosas de otras personas que han vivido este desafío de crear proyectos de base científica y tecnológica y se han caído 30 veces y se han levantado y tenido experiencias positivas. También vamos a entregar ciertos contenidos que están más asociados a contenidos aplicados. Tiene que ver con exponer tendencias en términos tecnológicos. Entonces, vamos a tener charlas que están asociadas a biomateriales y moda lenta, que son tendencias que irradian distintos lados, problemas de derecho, soporte de material, diseño, tecnología. Estamos haciendo un ciclo que es bien diverso y que esperamos que la gente participe y se vea motivada y les sirva para aplicarlo.

¿Cuáles son los planes de Factoría para este segundo semestre?

Los proyectos que tenemos para el próximo semestre se relacionan con la creación de una red interna, la que está en desarrollo. También vamos a sacar un par de fondos que están más orientados a estudiantes para que puedan prototipar soluciones. Lo interesante es que aquellos estudiantes van a tener posibilidades de patentes.  O sea, si te vas de la Universidad con una patente, tienes un recurso, un patrimonio cultural y económico que te puede cambiar la vida. Ahora, también uno de nuestros propósitos es cultural, es decir, posicionarnos no desde una perspectiva comunicacional, sino que tiene que ver con saber transferir un mensaje, un relato. Entonces, vamos a estar visitando facultades, acercándonos a los consejos de escuela como a instancias oficiales de las facultades con la intención de poder comunicar qué es lo que hay detrás de Factoría.

Desde Factoría, ¿qué llamado hacen para seguir avanzando en la cultura de la innovación y colaboración?

El llamado es a que primero nos conozcamos y que podamos develar quienes somos como personas. Las organizaciones aparecen a través de cargos, estructuras, pero en realidad son personas con una organización. Hay que conocer lo que piensa el otro y la otra. Creo que ahí hay una invitación y esa invitación se relaciona con la intención de que podamos encontrar una manera de que la academia no solamente genere conocimiento de la forma en que lo viene haciendo desde hace un cuarto de siglo, sino que también salga a proponer con atrevimiento, con vanguardia, con proyectos de base científica y tecnológica que les permita a los estudiantes y a los docentes proponer soluciones para nuestros problemas de la sociedad en su conjunto para que ojalá se conecten con problemas que son trascendentes desde la perspectiva de la crisis socioambiental. La invitación es a atreverse.

Conoce el sitio de Factoría UDP AQUÍ.

Compartir:
Skip to content